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Anomalía ocular del Collie

Una representación de Anomalía ocular del Collie

La anomalía ocular del Collie (CEA) es una enfermedad hereditaria que afecta a la parte posterior del ojo en perros de diversas razas Collie y afines. Puede provocar visión reducida o incluso ceguera. En este artículo aprenderá más sobre las causas, los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad.

¿Qué es la anomalía ocular del Collie?

La anomalía ocular del Collie es una malformación congénita de la coroides y la retina del ojo. La coroides es la capa que suministra sangre al ojo y la retina es la capa que convierte la luz en señales eléctricas que se envían al cerebro. En los perros con CEA, estas capas no están correctamente formadas y pueden provocar diversos problemas, como

  • Hipoplasia coriorretiniana: se trata de una zona fina o ausente en la coroides o la retina que suele ser visible como un punto brillante en la parte posterior del ojo.
  • Coloboma: se trata de un hueco o defecto en la coroides o la retina, a menudo situado en el borde de la pupila. Puede provocar hemorragias o desprendimientos de retina.
  • Desprendimiento de retina: es un desprendimiento de la retina de la coroides, que puede provocar pérdida de visión o ceguera.
  • Estafiloma: es una protrusión de la coroides a través de una zona fina de la esclerótica (la capa blanca del ojo). Puede dar lugar a un ojo agrandado o de forma irregular.

La anomalía ocular del Collie es una enfermedad hereditaria controlada por múltiples genes. Esto significa que un perro debe heredar un gen defectuoso tanto de su padre como de su madre para desarrollar la enfermedad. Sin embargo, la enfermedad también puede aparecer en perros que no muestran cambios en la parte posterior del ojo pero que son portadores del gen defectuoso. Estos perros pueden transmitir la enfermedad a su descendencia.

¿A qué razas de perros afecta la anomalía ocular del collie?

La anomalía ocular del Collie se da principalmente en razas de perros de la familia Collie y razas emparentadas. Entre ellas se incluyen

  • Collie de pelo largo
  • Collie de pelo corto
  • Perro pastor de Shetland (Sheltie)
  • Collie de frontera
  • Pastor australiano
  • Heeler de Lancashire

La frecuencia de la enfermedad varía según la raza y la línea de cría. En los Collies de pelo largo y corto, se estima que entre el 80 y el 90% de los perros presentan alteraciones en la parte posterior del ojo sin que su visión se vea afectada. En los Shelties, la frecuencia ronda el 70%. En los Border Collie y los Pastores Australianos, se sitúa en torno al 2 ó 3%.

¿Cómo se reconoce la anomalía ocular del collie en los perros?

Los síntomas de la anomalía ocular del Collie dependen de la gravedad de los cambios en la parte posterior del ojo. Muchos perros con CEA tienen poca o ninguna alteración visual y no muestran signos de malestar o dolor. Otros perros con CEA pueden tener visión reducida o ceguera en uno o ambos ojos. Esto puede manifestarse, por ejemplo, en los siguientes comportamientos

  • Incertidumbre o miedo en entornos desconocidos
  • Tropiezos o choques con objetos
  • Dificultad para coger juguetes o comida
  • Evitación de habitaciones oscuras o escaleras
  • Mirar fijamente o mover la cabeza

La única forma de diagnosticar con certeza la anomalía ocular del Collie en perros es que un veterinario o un oftalmólogo especializado examine la parte posterior del ojo. Para ello se utiliza una lámpara especial (oftalmoscopio) que permite ver la coroides y la retina. El examen debe realizarse a todos los cachorros de razas de riesgo a la edad de 6 a 8 semanas antes de entregarlos a sus nuevos dueños. El examen también debe repetirse en los perros adultos que vayan a utilizarse para la cría.

¿Cómo se trata la anomalía ocular del Collie en perros?

Desgraciadamente, la anomalía ocular del Collie no tiene cura. Las malformaciones de la parte posterior del ojo son irreversibles y no pueden corregirse. Por lo tanto, el tratamiento se limita a aliviar los síntomas y prevenir las complicaciones.

En perros con desprendimientos de retina, en algunos casos se puede intentar el tratamiento con láser para volver a unir la retina a la coroides. Sin embargo, esto sólo puede hacerse para desprendimientos recientes y sólo para ciertas formas de coloboma. La tasa de éxito no es muy alta y el tratamiento es caro y arriesgado.

En perros con estafilomas, puede considerarse la cirugía para reducir o extirpar el ojo. Esto puede ser por razones estéticas o médicas, por ejemplo si el ojo es doloroso o está inflamado.

Sin embargo, la mayoría de los perros con CEA evolucionan bien sin tratamiento. Se adaptan a su visión deficiente y pueden llevar una vida normal. Es importante que tengan un entorno afectuoso y seguro en el que se sientan cómodos. Esto incluye, por ejemplo

  • Buena iluminación en el hogar
  • Una disposición clara de muebles y objetos
  • Una rutina familiar y cuidadores fijos
  • Estimulación y actividad adecuadas
  • Revisión periódica de los ojos para detectar signos de irritación o infección.

La esperanza de vida de los perros con CEA no se reduce siempre que no tengan otros problemas de salud.

¿Cómo se puede prevenir la anomalía ocular del Collie en los perros?

La única forma de evitar la anomalía ocular del Collie en perros es criar de forma responsable. Esto significa que sólo deben utilizarse para la cría perros libres de CEA o que, al menos, no presenten alteraciones graves en la parte posterior del ojo. Además, sólo deben cruzarse perros con un estado genético conocido. Esto significa que han sido sometidos a pruebas o que sus padres han sido sometidos a pruebas.

Existe una prueba de ADN para CEA que puede realizarse en laboratorios especializados. La prueba se basa en un gen llamado NHEJ1, responsable de la mayoría de los casos de ACE. La prueba puede dar tres resultados posibles:

  • Normal: el perro tiene dos copias del gen normal y está libre de ACE.
  • Portador: El perro tiene una copia del gen normal y una copia del gen defectuoso. No presenta alteraciones en el fondo del ojo o éstas son leves, pero puede transmitir la enfermedad a su descendencia.
  • Afectado: El perro tiene dos copias del gen defectuoso y presenta cambios en la parte posterior del ojo que pueden afectar a su visión.

Sin embargo, la prueba de ADN para CEA no es fiable al 100%. Hay algunos casos de CEA que no pueden explicarse por el gen NHEJ1. Esto significa que hay otros genes que intervienen en el desarrollo de la enfermedad. Por lo tanto, la prueba de ADN debe realizarse siempre en combinación con un examen oftalmoscópico.

Debe evitarse la cría de perros con CEA para minimizar el riesgo para la descendencia. Si un perro es portador o está afectado, sólo debe cruzarse con un perro normal. Los cachorros deben someterse a pruebas y exámenes para determinar su estado genético y la gravedad de la enfermedad.

 

Los autores parten de la base de que debe consultarse a un veterinario si un animal está enfermo y de que la medicación sólo debe tomarse tras consultar a un médico o farmacéutico. Sólo un examen individual puede conducir a un diagnóstico y a una decisión terapéutica.

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