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lupus eritematoso sistémico

Una representación de lupus eritematoso sistémico

El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune rara, crónica y potencialmente mortal en la que el sistema inmunitario de su perro lucha contra sí mismo creando anticuerpos que le "protegen" de sus propias células y tejidos. Esto provoca inflamación y daño tisular en la piel, el corazón, los pulmones, los riñones, las articulaciones, el sistema nervioso o la sangre.

Causas y factores de riesgo

Aún no se conoce la causa exacta del LES, pero se trata de una enfermedad factorial en la que diversos factores desencadenantes pueden dar lugar a una enfermedad clínicamente manifiesta, por ejemplo

  • genética
  • infecciones
  • radiación UV
  • medicación

Algunas razas son más susceptibles de desarrollar LES. En su mayoría son perros de tamaño mediano a grande, como:

  • Sabueso afgano
  • Beagle
  • Collie
  • Pastor alemán
  • Setter irlandés
  • Perro de pastor alemán
  • Perro pastor inglés
  • Caniche
  • Perro pastor de Shetland

La edad media de aparición es de 5 años, pero se han descrito casos de LES en perros de tan sólo 6 meses. En un estudio, el LES afectaba más a los perros macho que a las hembras.

Síntomas y signos

Los síntomas del LES pueden aparecer de forma repentina o gradual. Dependen de las partes del cuerpo que ataque el sistema inmunitario. Los signos del LES pueden empeorar o mejorar con el tiempo: el perro puede mejorar, empeorar y volver a mejorar. También pueden aparecer más signos a medida que avanza el LES.

Los síntomas típicos son

  • Letargo
  • Disminución del apetito
  • Cojera que se desplaza de una extremidad a otra
  • Cambios en la piel que pueden incluir enrojecimiento, adelgazamiento, úlceras localizadas, pérdida de pigmentación y adelgazamiento o pérdida del pelaje.
  • fiebre
  • Úlceras en las uniones entre la piel y la mucosa (por ejemplo, en los labios)
  • Aumento del tamaño de los ganglios linfáticos
  • Bazo agrandado
  • Agrandamiento del hígado
  • Dolor muscular
  • Atrofia muscular
  • Problemas del sistema nervioso

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico del LES puede ser difícil y largo debido a los síntomas, a veces inespecíficos. No existe ninguna prueba que permita identificar claramente el LES, por lo que deben descartarse otras posibles causas. Por ejemplo

  • Leishmaniasis
  • Pioderma mucocutáneo (infecciones cutáneas)
  • Linfoma epiteliotrópico (una forma de cáncer de piel)
  • Otras enfermedades autoinmunes

Para diagnosticar el LES, el veterinario realizará un examen clínico completo y solicitará diversas pruebas, como por ejemplo

  • Recuento sanguíneo
  • Química sanguínea
  • Análisis de orina
  • Prueba de anticuerpos antinucleares (ANA)
  • Prueba del factor reumatoide
  • Biopsias de los tejidos afectados

El tratamiento del LES depende de los órganos afectados. El objetivo principal es suprimir el sistema inmunitario y reducir la inflamación. Para ello suelen utilizarse inmunosupresores como los corticosteroides (por ejemplo, prednisolona) o los citostáticos (por ejemplo, azatioprina). La dosis y la duración de la medicación deben ajustarse individualmente para minimizar los efectos secundarios y mantener la calidad de vida.

Además del tratamiento farmacológico, pueden ser necesarias otras medidas, como por ejemplo

  • Reposo y actividad limitada si las articulaciones están inflamadas
  • Protección de la luz solar si la piel es sensible
  • Una dieta adaptada de alta calidad si los riñones están deteriorados
  • Analgésicos si es necesario

Pronóstico a largo plazo y prevención

El LES es una enfermedad crónica que no se cura. El pronóstico depende de la gravedad y la extensión del daño orgánico. Algunos perros pueden llevar una vida relativamente normal con el tratamiento adecuado, mientras que otros pueden desarrollar complicaciones graves que pueden conducir a la muerte.

La prevención del LES es difícil, ya que se desconoce la causa exacta. Se recomienda no criar perros con LES o antecedentes familiares de LES para reducir el riesgo de herencia. También debe examinar a su perro con regularidad y buscar posibles signos de LES. Si observa algún cambio en el comportamiento o el aspecto de su perro, acuda al veterinario lo antes posible.

 

Los autores parten de la base de que debe consultarse a un veterinario si un animal está enfermo y de que la medicación sólo debe tomarse tras consultar a un médico o farmacéutico. Sólo un examen individual puede conducir a un diagnóstico y a una decisión terapéutica.

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