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Acetilcisteína

La acetilcisteína es un principio activo conocido principalmente como expectorante para enfermedades respiratorias, pero también tiene otros usos en medicina veterinaria. En este artículo descubrirás qué es la acetilcisteína, cómo actúa, cuándo se utiliza y qué efectos secundarios puede tener.

¿Qué es el acetilcisteína?

La acetilcisteína es un compuesto químico que contiene un grupo sulfhidrilo libre. Este grupo es capaz de romper los enlaces disulfuro entre las mucoproteínas, que son componentes del moco formado en las vías respiratorias. Al romper estos enlaces disulfuro, el moco se vuelve menos viscoso y puede ser expulsado más fácilmente.

Pero la acetilcisteína también tiene otros efectos. Actúa como un antioxidante, lo que significa que protege las células contra los radicales libres dañinos. Los radicales libres se pueden formar, por ejemplo, durante inflamaciones o intoxicaciones y pueden dañar las membranas celulares o el material genético. La acetilcisteína puede neutralizar estos radicales libres y así proteger las células.

Además, la acetilcisteína puede usarse como antídoto en casos de intoxicación por paracetamol. El paracetamol es un analgésico bien tolerado por los humanos, pero puede ser muy tóxico para los perros. El paracetamol se metaboliza en el hígado, y en este proceso se forma un metabolito tóxico que daña las células hepáticas. La acetilcisteína puede unirse a este metabolito y neutralizarlo.

¿Cómo se administra la acetilcisteína?

La acetilcisteína se puede administrar de varias formas. La más común es la administración oral, ya sea en tabletas o en solución para beber. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la acetilcisteína tiene un sabor muy desagradable, por lo que a menudo es necesaria una sonda gástrica. La administración oral es especialmente adecuada para el tratamiento de intoxicaciones por paracetamol.

Otra opción es la administración inhalada, como spray o aerosol para inhalar. De esta manera, la acetilcisteína llega directamente a los bronquios y puede disolver el moco. La administración inhalada es especialmente adecuada para el tratamiento de enfermedades respiratorias como la bronquitis o el asma.

La tercera opción es la administración intravenosa, es decir, una infusión directa en la vena. Esta forma se utiliza solo en emergencias, por ejemplo, en casos de intoxicaciones graves por paracetamol o en insuficiencia pulmonar aguda.

La dosificación de la acetilcisteína depende de la forma de administración, el peso del perro y la razón del tratamiento. No hay recomendaciones de dosificación exactas para perros, por lo que siempre se debe consultar a un veterinario. En general, se requiere un ajuste individual de la dosis, ya que la acetilcisteína tiene un amplio margen terapéutico.

¿Qué efectos secundarios tiene la acetilcisteína?

La acetilcisteína generalmente es bien tolerada por los perros, pero también puede tener algunos efectos secundarios. Los más comunes son:

  • Náuseas y vómitos
  • Diarrea
  • Dolor estomacal
  • Salivación
  • Erupción cutánea
  • Picazón
  • Dificultad para respirar
  • Broncoespasmo

La mayoría de estos efectos secundarios son leves y desaparecen después de suspender el medicamento. Sin embargo, si los síntomas son graves o persistentes, se debe consultar a un veterinario.

Se debe tener especial cuidado en perros con hipersensibilidad a la acetilcisteína u otras compuestos con grupos sulfhidrilo, ya que pueden provocar reacciones alérgicas como anafilaxia o angioedema, que pueden ser potencialmente mortales.

Además, la acetilcisteína no debe administrarse junto con otros medicamentos que irriten las mucosas, como ciertos antibióticos o corticosteroides, ya que esto puede llevar a una mayor irritación e inflamación de las vías respiratorias.

 

La acetilcisteína es un principio activo versátil que puede utilizarse principalmente como expectorante para enfermedades respiratorias, pero también como antioxidante y antídoto para intoxicaciones. Tiene buena eficacia y tolerabilidad, pero también puede tener algunos efectos secundarios. El uso y la dosificación de la acetilcisteína deben consultarse siempre con un veterinario.


Los autores parten de la base de que debe consultarse a un veterinario si un animal está enfermo y de que la medicación sólo debe tomarse tras consultar a un médico o farmacéutico. Sólo un examen individual puede conducir a un diagnóstico y a una decisión terapéutica.

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