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Dilatación-vólvulo gástrico

La dilatación-volvulación gástrica (DGV) es una enfermedad potencialmente mortal que afecta principalmente a perros grandes y profundos. Consiste en una distensión excesiva del estómago por gases o alimentos, que puede hacer que el estómago gire sobre su propio eje. Esto impide el flujo sanguíneo normal al estómago y otros órganos y puede provocar complicaciones graves como shock, insuficiencia cardiaca y peritonitis.

Causas y factores de riesgo

Se desconocen las causas exactas de la GDV, pero hay algunos factores que pueden aumentar el riesgo. Entre ellos se incluyen:

  • Ingerir grandes cantidades de alimentos o aire de una vez
  • Comer alimentos fermentables o hinchados
  • Beber mucha agua después de comer
  • Realizar actividad física poco antes o después de comer
  • La presencia de una predisposición hereditaria o una anomalía anatómica del estómago
  • La edad, el sexo y la raza del perro. La GDV es más frecuente en perros de edad avanzada, machos y de gran tamaño, como el Gran Danés, el San Bernardo, el Lobero Irlandés, el Rottweiler o el Weimaraner, entre otros.

Síntomas y diagnóstico

Los síntomas de la GDV pueden aparecer muy repentinamente y empeorar con rapidez. Los signos más frecuentes son

  • Abdomen distendido y duro
  • Inquietud, ansiedad y dolor
  • Intentos de vomitar o eructar sin éxito
  • Salivación, jadeo y palidez de las mucosas
  • Debilidad, colapso y shock

Si observa estos síntomas en su perro, debe acudir inmediatamente al veterinario, ya que cada minuto cuenta. El veterinario realizará un examen físico y una radiografía del abdomen para confirmar el diagnóstico.

Tratamiento y pronóstico

El tratamiento de la GDV requiere atención veterinaria inmediata y, a menudo, cirugía de urgencia. El veterinario intentará aliviar la presión en el estómago introduciendo una sonda a través del esófago o introduciendo una aguja a través de la pared abdominal. A continuación, administrará al perro líquidos, analgésicos y antibióticos para combatir el shock y prevenir la infección. Si el estómago está torcido, habrá que recolocarlo quirúrgicamente en su posición normal. A veces puede ser necesario extirpar parte del estómago o del bazo si están muy dañados. Para evitar la reaparición de la VDG, el veterinario puede suturar el estómago a la pared abdominal (gastropexia).

El pronóstico de los perros con GDV depende de varios factores, como la gravedad de la enfermedad, el momento del tratamiento, la presencia de complicaciones y la salud general del perro. La tasa de mortalidad oscila entre el 10% y el 60%. Cuanto antes se administre el tratamiento, mayores serán las posibilidades de una recuperación completa.

Prevención

Aunque la VDG no siempre se puede prevenir, hay algunas medidas que puede tomar para reducir el riesgo de su perro. Por ejemplo

  • Alimentar a su perro con varias comidas pequeñas al día en lugar de una comida grande.
  • Evitar alimentos que puedan producir mucho aire o gas
  • Proporcionar agua fresca a su perro, pero limitando la ingesta de agua después de comer
  • Evitar el esfuerzo físico o el estrés justo antes o después de comer.
  • Comprobar los antecedentes familiares de VDG de su perro y comentar con su veterinario la posibilidad de una gastropexia preventiva si su perro es de una raza de alto riesgo.

La GDV es una enfermedad grave y potencialmente mortal que puede afectar a cualquier perro, pero especialmente a los grandes y profundos. Si su perro presenta síntomas de GDV, no pierda tiempo y acuda inmediatamente al veterinario. Con un tratamiento rápido y adecuado, puede aumentar las posibilidades de supervivencia de su perro y proporcionarle una vida larga y feliz.


Los autores parten de la base de que debe consultarse a un veterinario si un animal está enfermo y de que la medicación sólo debe tomarse tras consultar a un médico o farmacéutico. Sólo un examen individual puede conducir a un diagnóstico y a una decisión terapéutica.

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