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Deslizamiento de disco

Una representación de Deslizamiento de disco

La hernia discal es una afección grave que puede causar dolor intenso y parálisis en los perros. En este artículo descubrirás qué es una hernia discal, cómo se desarrolla, qué síntomas provoca y cómo puede tratarse.

¿Qué es una hernia discal?

La columna vertebral de un perro está formada por muchas vértebras individuales conectadas entre sí por discos intervertebrales. Los discos intervertebrales constan de un núcleo blando y un anillo duro. Actúan como amortiguadores y permiten el movimiento de la columna vertebral.

Una hernia discal se produce cuando el anillo duro del disco se rompe y el núcleo blando se sale. El núcleo puede presionar la médula espinal o los nervios que salen de la columna. Esto puede provocar dolor, inflamación y lesiones nerviosas.

¿Cómo se desarrolla una hernia discal?

Una hernia discal puede tener varias causas. Por un lado, puede desencadenarse por una lesión o un accidente, por ejemplo una caída o una colisión. Por otro lado, puede deberse a una enfermedad degenerativa que provoque el desgaste de los discos intervertebrales. Esto es especialmente frecuente en perros de edad avanzada o en determinadas razas que tienen una predisposición genética a los problemas discales. Entre ellas están los perros salchicha, los beagles, los pequineses y los bulldogs franceses, por ejemplo.

¿Cuáles son los síntomas de una hernia discal?

Los síntomas de una hernia discal dependen de la región de la columna vertebral afectada y de la presión ejercida sobre la médula espinal o los nervios. Los posibles síntomas son

  • Dolor en la espalda o el cuello que aumenta con el movimiento o el tacto.
  • Debilidad o parálisis en las piernas, que provoca una marcha inestable o el arrastre de las piernas.
  • Pérdida del control de la vejiga o los intestinos
  • Alteraciones sensoriales o entumecimiento de las patas o la cola
  • Fiebre o pérdida de apetito

¿Cómo se trata una hernia discal?

El tratamiento de una hernia discal depende de la gravedad de la enfermedad y del estado general del perro. En algunos casos, puede ser suficiente una terapia conservadora consistente en analgésicos, antiinflamatorios y reposo. En otros casos, puede ser necesario un tratamiento quirúrgico, en el que se extirpa el núcleo herniado para reducir la presión sobre la médula espinal o los nervios.

El pronóstico de una hernia discal depende de varios factores, como la edad del perro, el alcance del daño nervioso y el éxito de la terapia. En algunos casos puede lograrse una recuperación completa, mientras que en otros puede producirse un deterioro permanente.

¿Cómo puede prevenirse una hernia discal?

La hernia discal no siempre puede evitarse, pero hay algunas medidas que pueden reducir el riesgo. Por ejemplo

  • Seguir una dieta sana y mantener un peso corporal adecuado para evitar la obesidad y la sobrecarga articular.
  • Ejercicio regular y entrenamiento moderado para fortalecer los músculos y la movilidad de la columna vertebral
  • Evitar los saltos o los movimientos bruscos que pueden provocar un estiramiento excesivo o lesiones en los discos intervertebrales
  • Un chequeo en el veterinario para reconocer posibles signos de enfermedad degenerativa en una fase temprana

Los autores parten de la base de que debe consultarse a un veterinario si un animal está enfermo y de que la medicación sólo debe tomarse tras consultar a un médico o farmacéutico. Sólo un examen individual puede conducir a un diagnóstico y a una decisión terapéutica.

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