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Radiografía de tórax

Una radiografía de tórax es un examen por imagen que visualiza las estructuras del tórax de su perro. Incluye los pulmones, el corazón, los vasos sanguíneos, las costillas y el diafragma. Una radiografía de tórax puede detectar o descartar diversas enfermedades del tórax, como

  • neumonía
  • agrandamiento del corazón
  • insuficiencia cardíaca
  • cáncer de pulmón
  • fracturas costales
  • cuerpo extraño
  • Acumulación de líquido

¿Cómo se realiza una radiografía de tórax?

Para realizar una radiografía de tórax, su perro debe permanecer inmóvil en una camilla especial. Se le suele administrar un anestésico suave para que no se mueva y las imágenes no salgan borrosas. El veterinario colocará a su perro tumbado boca arriba o de lado. A continuación, se coloca un aparato de rayos X sobre el tórax y se envía un haz de rayos X a través del cuerpo. Este haz es absorbido de forma diferente por los distintos tejidos, creando una imagen de sombra en una película o soporte de almacenamiento digital.

¿Cómo se analiza una radiografía de tórax?

La evaluación de una radiografía de tórax la realiza un veterinario especialmente formado para ello. Observa las imágenes y las compara con imágenes de referencia normales. Se fija en el tamaño, la forma, la posición y la densidad de las distintas estructuras del tórax. También puede realizar mediciones para determinar determinados parámetros, como la relación corazón-pecho o los campos pulmonares. A partir de estos resultados, puede establecer un diagnóstico o recomendar otras investigaciones.

¿Cuáles son las ventajas y los riesgos de una radiografía de tórax?

Las ventajas de la radiografía de tórax son:

  • No es invasiva, es decir, no hay que hacer ninguna incisión.
  • Es relativamente rápida y barata.
  • Proporciona información importante sobre el estado del tórax de su perro.
  • Puede detectar o descartar varias enfermedades al mismo tiempo.

Los riesgos de una radiografía de tórax son:

  • Suele requerir anestesia, lo que siempre conlleva cierto riesgo.
  • Expone a su perro a una pequeña dosis de radiación, pero no suele tener consecuencias perjudiciales.
  • No puede mostrar todas las enfermedades del tórax, como pequeños tumores o coágulos sanguíneos.

Los autores parten de la base de que debe consultarse a un veterinario si un animal está enfermo y de que la medicación sólo debe tomarse tras consultar a un médico o farmacéutico. Sólo un examen individual puede conducir a un diagnóstico y a una decisión terapéutica.

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