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Morfina

La morfina es un potente analgésico que también puede utilizarse en perros. Pertenece a los opioides, un grupo de sustancias que actúan sobre determinados receptores del cerebro y la médula espinal y reducen así la sensación de dolor. La morfina se utiliza principalmente para el dolor agudo y crónico causado por lesiones, operaciones o enfermedades como el cáncer. Pero, ¿cómo actúa exactamente la morfina en los perros? ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene? ¿Qué hay que tener en cuenta al administrar morfina a un perro? En este artículo, aprenderá todo lo que necesita saber sobre la morfina para perros.

¿Cómo actúa la morfina en los perros?

La morfina es un componente natural del opio, que se extrae de la savia lechosa de la planta de adormidera. Puede administrarse en forma de comprimidos, cápsulas, gotas, supositorios o inyecciones. El efecto de la morfina se manifiesta al cabo de unos minutos o una hora, según la forma de administración, y dura varias horas. La morfina se une a los receptores opioides del sistema nervioso central e inhibe así la transmisión de señales de dolor. También influye en la liberación de sustancias mensajeras como la dopamina y la serotonina, responsables del bienestar y el estado de ánimo. Por lo tanto, la morfina no sólo alivia el dolor, sino que también tiene un efecto calmante y mejora el estado de ánimo de los perros.

¿Cuáles son los beneficios de la morfina para los perros?

La morfina es uno de los analgésicos más eficaces para los perros. Puede ayudar a aliviar el dolor intenso causado por diversas causas. Por ejemplo, puede utilizarse después de operaciones o accidentes para proteger al perro de las descargas de dolor y favorecer su recuperación. La morfina también puede mejorar la calidad de vida del perro en casos de dolor crónico causado por enfermedades como la artrosis o el cáncer. La morfina también puede utilizarse en combinación con otros medicamentos para potenciar sus efectos o reducir sus efectos secundarios. Por ejemplo, puede administrarse junto con anestésicos para reducir la dosis necesaria o para facilitar la fase de recuperación.

¿Cuáles son las desventajas de la morfina para perros?

La morfina es un fármaco muy fuerte que también puede tener algunos efectos secundarios. Los más comunes son náuseas, vómitos, estreñimiento, pérdida de apetito, cansancio y apatía. Algunos perros también pueden volverse inquietos o ansiosos o tener alucinaciones. La morfina también puede afectar a la respiración y la circulación y provocar una presión arterial baja o una disminución del ritmo cardíaco. En raras ocasiones, también pueden producirse reacciones alérgicas o convulsiones. La morfina también puede crear adicción si se administra durante un periodo prolongado o en dosis elevadas. Esto significa que el perro necesita cada vez más morfina para conseguir el mismo efecto o que muestra síntomas de abstinencia cuando se interrumpe la medicación.

¿Qué hay que tener en cuenta al administrar morfina a un perro?

La morfina es un medicamento que sólo puede recetar un veterinario. Debes seguir al pie de la letra las instrucciones del veterinario y no modificar nunca la dosis ni la frecuencia de administración, ni suspenderla sin autorización. Debe examinar a su perro con regularidad y vigilar los posibles efectos secundarios.

 

Más información sobre Morfina

Los autores parten de la base de que debe consultarse a un veterinario si un animal está enfermo y de que la medicación sólo debe tomarse tras consultar a un médico o farmacéutico. Sólo un examen individual puede conducir a un diagnóstico y a una decisión terapéutica.

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