Enfermedad inflamatoria intestinal
Síntomas de la EII en perros
Los síntomas de la EII en perros pueden variar en función de la gravedad y de la zona del tracto gastrointestinal afectada. Los síntomas más comunes son
- Diarrea crónica o recurrente
- Pérdida de peso
- Pérdida de apetito
- Vómitos
- Sangre o mucosidad en las heces
- Dolor abdominal o flatulencia
- Cambios en el pelaje o la piel
Diagnóstico de la EII en perros
El diagnóstico de la EII en perros requiere un examen exhaustivo por parte de un veterinario, que tendrá en cuenta el historial médico, los signos clínicos y los resultados de diversas pruebas. Las posibles pruebas incluyen:
- Análisis de sangre para descartar otras enfermedades y medir el grado de inflamación
- Exámenes fecales para identificar parásitos, bacterias u hongos
- Radiografías o ecografías para evaluar la estructura y el funcionamiento del tracto gastrointestinal
- Endoscopia o biopsia para tomar muestras de tejido del tracto gastrointestinal y examinarlas al microscopio
Tratamiento de la EII en perros
El tratamiento de la EII en perros tiene como objetivo reducir la inflamación, aliviar los síntomas y regular el sistema inmunitario. El tratamiento puede variar en función de la gravedad y la causa de la EII, pero suele incluir
- Una dieta especial fácil de digerir y que no contenga alérgenos ni irritantes.
- Medicación, como antiinflamatorios o inmunosupresores, antibióticos o probióticos.
- Suplementos nutricionales, como ácidos grasos omega-3, vitaminas o minerales
- Terapia de líquidos y electrolitos para prevenir la deshidratación y los desequilibrios electrolíticos
- Cirugía, en casos excepcionales en los que es necesario extirpar parte del tracto gastrointestinal
Pronóstico y prevención de la EII en perros
El pronóstico de la EII en perros depende de varios factores, como la gravedad de la enfermedad, la respuesta al tratamiento y la presencia de complicaciones. Algunos perros pueden llevar una vida normal con el tratamiento adecuado, mientras que otros pueden tener un curso crónico. La prevención de la EII en perros no siempre es posible, pero algunas medidas pueden reducir el riesgo o aliviar los síntomas, como:
- Proporcionar al perro una dieta equilibrada y de alta calidad
- Evitar o minimizar el contacto con posibles alergenos o irritantes
- Reducir o controlar el estrés del perro
- Programar visitas periódicas al veterinario para el perro
Los autores parten de la base de que debe consultarse a un veterinario si un animal está enfermo y de que la medicación sólo debe tomarse tras consultar a un médico o farmacéutico. Sólo un examen individual puede conducir a un diagnóstico y a una decisión terapéutica.
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