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Clostridios

Una representación de Clostridios
Shape of bacterial cell: cocci, bacilli, spirilla bacteria background

Los clostridios son bacterias que pueden causar diversos problemas digestivos en los perros. Están muy extendidas en el medio ambiente y también se encuentran normalmente en los intestinos de los perros. Sin embargo, si se multiplican demasiado o se ingieren a través de los alimentos o las heces, pueden producir sustancias tóxicas que enferman al perro. En este artículo aprenderá a reconocer, prevenir y tratar los clostridios en su perro.

¿Qué son los clostridios?

Los clostridios son los llamados formadores de esporas, lo que significa que en condiciones desfavorables pueden entrar en una especie de estado latente en el que son muy resistentes al calor, el frío, la sequedad y los desinfectantes. Existen más de 100 tipos diferentes de clostridios que pueden causar diversas enfermedades. Algunos de los más conocidos son

  • Clostridium perfringens: Este patógeno es responsable de alrededor del 20% de todas las enfermedades diarreicas de los perros. Produce varias toxinas que dañan la mucosa intestinal y pueden provocar inflamación, hemorragia y dolor.
  • Clostridium difficile: Este patógeno sale a la luz sobre todo después de una terapia antibiótica, ya que es resistente a muchos antibióticos y puede multiplicarse sin problemas. También produce toxinas que pueden provocar diarreas graves con mucosidad y sangre.
  • Clostridium botulinum: este patógeno es el causante del temido botulismo, una intoxicación del sistema nervioso potencialmente mortal. Se encuentra principalmente en la carne o el pescado en mal estado y puede ingerirse al comer carroña o carne cruda. Produce una toxina que puede provocar parálisis muscular, dificultad respiratoria y parada cardiaca.

¿Cómo se reconocen los clostridios en los perros?

Los síntomas de una infección por clostridios en perros dependen del tipo de patógeno y de la cantidad de toxinas. Los signos más comunes son

Los síntomas pueden presentarse de forma aguda o crónica y pueden ser más o menos pronunciados en función de la gravedad. En algunos casos, los clostridios también pueden estar presentes en los intestinos del perro sin presentar síntomas y sólo se activan cuando el sistema inmunitario está debilitado.

¿Cómo se diagnostica una infección clostridial en perros?

Para diagnosticar una infección clostridial en perros, el veterinario debe examinar una muestra de heces del perro. Puede detectar tanto las propias bacterias como las toxinas que producen. Sin embargo, como los clostridios también pueden aparecer en el intestino de perros sanos, el veterinario también debe descartar otras posibles causas de los síntomas, como parásitos, hongos, virus u otras bacterias.

¿Cómo se trata una infección clostridial en perros?

El tratamiento de una infección clostridial en perros depende de la gravedad de la enfermedad y del estado general del perro. Por regla general, el tratamiento consiste en las siguientes medidas:

  • Antibióticos: El veterinario receta al perro un antibiótico especial que es eficaz contra los clostridios. Hay que tener cuidado de que el antibiótico no provoque una mayor alteración de la flora intestinal ni haga resistentes a otras bacterias.
  • Ingesta de líquidos: Como el perro pierde mucho líquido y electrolitos debido a la diarrea y los vómitos, se le debe suministrar suficiente agua y, si es necesario, infusiones para evitar la deshidratación.
  • Dieta ligera: Durante el tratamiento, el perro sólo debe recibir alimentos de fácil digestión que no irriten los intestinos. Por ejemplo, son adecuados el pollo hervido con arroz o el alimento dietético especial del veterinario.
  • Probióticos: Para reconstruir la flora intestinal del perro y reforzar su sistema inmunitario, se le pueden administrar preparados probióticos que contengan bacterias beneficiosas. Estos pueden desplazar a los clostridios y proteger la mucosa intestinal.

¿Cómo se puede prevenir una infección clostridial en perros?

Para prevenir una infección clostridial en perros, sobre todo hay que prestar atención a una buena higiene y a una dieta sana. Los siguientes consejos pueden ayudar a reducir el riesgo:

  • Desparasite y vacune a su perro con regularidad.
  • No permita que el perro beba de charcos o aguas estancadas
  • No deje que el perro huela o coma heces o carroña.
  • No alimente al perro con carne o pescado crudos o sólo bajo estrictas medidas de higiene
  • No trate al perro innecesariamente con antibióticos ni interrumpa la terapia demasiado pronto.
  • No cambie la comida del perro con frecuencia o hágalo gradualmente.
  • Proteger al perro de situaciones estresantes o ayudarle a afrontarlas.

Los clostridios son bacterias que pueden causar diversos problemas digestivos en los perros. Están muy extendidas en el medio ambiente y también se encuentran normalmente en los intestinos de los perros. Sin embargo, si se multiplican demasiado o se ingieren a través de los alimentos o las heces, pueden producir sustancias tóxicas que enferman al perro.


Los autores parten de la base de que debe consultarse a un veterinario si un animal está enfermo y de que la medicación sólo debe tomarse tras consultar a un médico o farmacéutico. Sólo un examen individual puede conducir a un diagnóstico y a una decisión terapéutica.

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