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Leishmania

La leishmaniosis es una enfermedad peligrosa que afecta sobre todo a los perros de los países meridionales. Se transmite por la picadura de los flebótomos, portadores de unos diminutos parásitos llamados leishmania. Estos parásitos pueden dañar la piel y los órganos internos del perro y, si no se tratan, pueden causarle la muerte. En esta entrada del blog descubrirá cómo reconocer los síntomas de la leishmaniosis, cómo proteger a su perro de ella y qué opciones de tratamiento existen.

¿Qué es la leishmaniasis?

La leishmaniasis es una enfermedad infecciosa causada por la leishmania. Se trata de organismos unicelulares que pertenecen a los protozoos. Existen distintos tipos de leishmania, que pueden causar cuadros clínicos diferentes. La forma más común en perros es la leishmaniosis visceral, en la que se ven afectados órganos internos como el hígado, el bazo o los riñones. La leishmaniosis cut ánea se manifiesta principalmente en la piel, donde pueden formarse heridas abiertas y úlceras.

La leishmania se transmite a través de las picaduras de los flebótomos. Son pequeños insectos que se encuentran sobre todo en regiones cálidas y húmedas. Son activos sobre todo al atardecer y por la noche y prefieren picar en zonas con pelos finos, como las orejas, la nariz o el estómago. Los flebótomos adquieren la leishmania de un animal infectado al chupar sangre y la transmiten a otro animal o a una persona la siguiente vez que pican.

¿Cómo se reconoce la leishmaniasis?

La leishmaniasis es una enfermedad insidiosa porque puede pasar desapercibida durante mucho tiempo. El periodo de incubación, es decir, el tiempo que transcurre entre la picadura y el brote de la enfermedad, puede variar de unas semanas a varios años. Depende de varios factores, como el sistema inmunitario del perro, el número de patógenos o el tipo de leishmania.

Los síntomas de la leishmaniosis suelen ser inespecíficos y pueden confundirse fácilmente con los de otras enfermedades. Los signos más comunes son

  • Fatiga y pérdida de apetito
  • Pérdida de peso y atrofia muscular
  • Fiebre e inflamación de los ganglios linfáticos
  • Alteraciones cutáneas como caspa, caída del pelo o trastornos en la cicatrización de heridas
  • Crecimiento excesivo de las uñas
  • Anemia o tendencia al sangrado
  • Insuficiencia renal o inflamación del hígado

Si observa uno o varios de estos síntomas en su perro, no dude en consultar a un veterinario. Sólo un análisis de sangre puede proporcionar un diagnóstico fiable y descartar otras enfermedades.

¿Cómo se puede prevenir la leishmaniosis?

La mejor forma de prevenir la leishmaniosis es proteger al perro de los flebótomos. Sobre todo si viaja a una zona de riesgo o vive en ella con su perro. Entre las zonas de riesgo están los países del Mediterráneo, pero también partes de Sudamérica y Asia.

Puede tomar las siguientes medidas para proteger a su perro de los flebótomos:

  • Evite los paseos al atardecer o por la noche, cuando los flebótomos están más activos.
  • Mantenga a su perro alejado de lugares húmedos, como masas de agua o vertederos, donde se reproducen los flebótomos.
  • Proteja a su perro con un repelente adecuado contra las picaduras de insectos. Puede ser un collar, un spot-on o un spray. Asegúrate de que el producto sea adecuado para perros y contenga los principios activos permetrina o deltametrina. En caso de duda, pregunte a su veterinario por un producto adecuado.
  • Deje que su perro duerma en una habitación cerrada o bajo una mosquitera para protegerlo de los flebótomos.
  • Haga que su perro se someta a pruebas periódicas de leishmaniosis, sobre todo después de viajar a una zona de riesgo o si adopta un perro del extranjero.

También existe una vacuna contra la leishmaniosis, pero no ofrece una protección del 100%. La vacuna puede reducir la probabilidad de infección o mitigar el curso de la enfermedad, pero no prevenirla. La vacuna sólo es adecuada para perros sanos que aún no estén infectados por leishmania. La vacunación debe reforzarse anualmente. Debe consultar con su veterinario si la vacunación tiene sentido para su perro.

¿Cómo se trata la leishmaniosis?

Desgraciadamente, en la actualidad no existe ningún medicamento que pueda eliminar por completo la leishmania del organismo del perro. Por tanto, el tratamiento de la leishmaniosis tiene por objeto inhibir la multiplicación de los agentes patógenos y aliviar los síntomas. El tratamiento suele ser prolongado y a menudo debe continuarse de por vida.

Los fármacos más utilizados para tratar la leishmaniasis son

  • Alopurinol: Este fármaco inhibe la formación de ácido úrico, que la leishmania necesita para sobrevivir. El alopurinol suele administrarse en comprimidos y debe tomarse a diario. Los posibles efectos secundarios incluyen molestias gastrointestinales o erupciones cutáneas.
  • Miltefosina: Este medicamento ataca la membrana celular de la leishmania e impide que se multiplique. La miltefosina se administra en cápsulas y debe administrarse durante varias semanas. Los posibles efectos secundarios son vómitos, diarrea o pérdida de apetito.
  • Glucantime: Este medicamento bloquea el metabolismo de la leishmania y provoca su muerte. Glucantime se administra en forma de inyección y debe administrarse durante varias semanas. Los posibles efectos secundarios incluyen dolor en el lugar de la inyección, daño renal o arritmia cardiaca.

La elección del medicamento depende de varios factores, como el estadio de la enfermedad, el estado general del perro o la presencia de otras enfermedades. Su veterinario le recomendará la medicación adecuada para su perro.

Además del tratamiento farmacológico, es importante ayudar al perro con una dieta especial. La dieta debe ser fácil de digerir y baja en proteínas para proteger los riñones. Existen dietas especiales para perros con leishmaniosis que puede administrar en consulta con su veterinario.

¿Cuál es la esperanza de vida de los perros con leishmaniosis?

La esperanza de vida de los perros con leishmaniosis depende de varios factores, como el momento del diagnóstico, la gravedad de la enfermedad o la respuesta al tratamiento. Con un tratamiento precoz y constante, muchos perros con leishmaniosis pueden llevar una vida normal y feliz. Sin embargo, deben ser examinados y tratados regularmente por un veterinario para evitar una recaída.

Por desgracia, también hay casos en los que el tratamiento no funciona o se inicia demasiado tarde. La leishmaniosis puede provocar graves daños orgánicos o la muerte. En estos casos, a veces es necesario tomar la difícil decisión de poner fin al sufrimiento del perro.

 

Forfatterne går ud fra, at en dyrlæge bør konsulteres, hvis et dyr er sygt, og at medicin kun bør tages efter konsultation med en læge eller et apotek. Kun en individuel undersøgelse kan føre til en diagnose og beslutning om behandling.

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